Ubicación:
Esq. Av. Juárez
Centro, Guadalajara
01 33 3613 0004
Abierto
todos los días de 10:00 a 19:00
el
museo llamado temporalmente como “Museo de la tortura” abrió sus puertas este
año en el mes de enero, no tiene algún olor especifico y sus dimensiones son
pequeñas a la entrada, porque al subir las escaleras, en las cuales se puede
ver un payaso que parece bastante real, volteando para la calle, de lado
derecho se encuentran los aparatos de tortura, la colección comprende piezas
que se remontan a los siglos XVI y XVII, algunas piezas son originales otras
son replicas casi exactas, no hay un guía especifico solo te indican por dónde
empezar, tampoco puedes tomar fotos dentro de la sala, únicamente al inicio de
hecho hay anuncios en el museo donde dice que hay cámaras vigilando, cada uno
de los aparatos, cuadros y muebles tienen su propia descripción, él siglo en el
que se utilizó, para que funcionaba, en
qué país se utilizaba, está en dos idiomas español e inglés. el museo es
obscuro la luz que hay es de las lámparas que iluminan a los muebles y a las
descripciones y solo uno o dos cuartos
tienen luz por completo, el interior del museo fue remodelado, no por completo
por que se pueden apreciar sus puertas y ventanas que aún siguen originales, el
costo del museo es de $50 estudiantes y $60 general. El museo cuenta con una exposición
temporal de asesinos seriales, la cual si pagas el boleto de $40 para
estudiantes y $50 general puedes disfrutar subiendo las escaleras, en donde las
paredes tienen frases de asesinos, en esta exposición si se pueden tomar fotos,
solamente que la sala es demasiado obscura y es difícil que las fotos salgan
claras, ya que no puedes utilizar flash, pero de verdad es una exposición en la
que te quedas sorprendido y un poco perturbado, me pareció muy interesante ya
que te dan unos auriculares que te van guiando punto por punto explicándote la
historia y los sucesos. Es un museo que empezó como exposición temporal y ha
tenido una demanda impresionante, le pregunte al joven de la taquilla
aproximadamente cuantas personas llegaban, me dijo que los sábados 200 y los
domingos hasta 500, las dos exposiciones son sorprendentes. Recuerdo que hace
mucho en Tlaquepaque se presentó por primera vez la exposición sobre la tortura
pero era temporal y mis papas nos llevaron, así que cuando entre al museo volví
a recordar ese momento y no me sorprendió como la primera vez pero, ahora ya
comprendí mejor la exposición. Si lo recomiendo pero, como le comente al
encargado, deben de poner un poco más de iluminación ya que hay algunas letras
que no se alcanzan a distinguir, sobre todo en la exposición de asesinos
seriales, que realmente por más que te esfuerces no se alcanzan a comprender.
De ahí en más todo está muy bien cuidado, limpio y tienen buena atención. El
museo de la tortura será cambiado de nombre próximamente como “Casa Ocampo”.
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